miércoles, 2 de diciembre de 2015

Qué ver en Seúl (Corea del Sur), 3º parte.

Si en el anterior post, habíamos comentado la gran cantidad de palacios que dispone esta ciudad, aquí hablaremos de un factor importante que tienen la gran mayoría de urbes asiáticas, que se convierte casi en una religión o forma de vida, y que es el disfrutar de la calle.

Por el clima continental que tiene Seúl, lógicamente dependerá un poco del tiempo. Hay que recordar que esta ciudad, en invierno, tiene un clima muy frío pero durante una gran parte del año, las temperaturas son agradables y quizá Seúl, es por su comodidad, facilidad y señalización, una de las mejores ciudades para pasear. Si a eso, le unimos, el contraste de culturas con respecto a la nuestra, también será una grata sorpresa poder ver todo eso.


Para pasear y no perdernos, gracias a las nuevas tecnologías, podremos descarganos en nuestro móvil, aplicaciones de geolocalización. Una que me gusta bastante es maps.me y se puede descargar gratuitamente junto con los mapas que necesitemos. Además, dicha app funciona offline.

A continuación detallo los lugares por donde pudimos pasear mi mujer y yo, si bien, Seúl es una ciudad que ofrece una gran cantidad de posibilidades y lógicamente, no se limita a dichos lugares.

El orden que he puesto los lugares (a excepción lógicamente de la frontera entre las dos Coreas, Panmunjom) es simplemente para realizar un camino a pie, la menor distancia a recorrer.


BARRIO ANTIGUO DE BUKCHON HANOK

Su visita es muy recomendable ya que aparte de ser uno de los pocos lugares de Seúl donde se conserva el estilo de vida tradicional que imperaba hasta antes de la Guerra de Corea, también podremos ser testigos de la bonita arquitectura, totalmente distinta a la occidental.

Además, está en una situación estratégica para realizar una pequeña parada a la hora de visitar palacios ya que se encuentra entre los de Gyeongbokgung y Changdeokgung, que se comentaron en el anterior post.

Sin duda, es el lugar que más extranjero y locales vi en plan turista aunque no a niveles agobiantes como he podido comprobar cuando he estado en otros países de la zona, principalmente China y en menor medida, Japón. Se nota que Corea, aún sigue siendo un país con escasa repercusión turística en el resto del mundo y por eso, tal vez sea un buena oportunidad para ir.






Al fondo, se puede ver algunos rascacielos de la
parte nueva de la ciudad.

Las cuestas de dichas calles, hacen que obtengamos algunas
fotografías muy interesantes.



CALLE INSADONG.

Es una de las principales calles peatonales de Seúl y que uno no se puede ir de dicha ciudad sin pasar por ahí. Si se dispone de pocas horas en esta urbe, aquí tendríamos un pequeño resumen de la vida en si ya que podremos encontrarnos restaurantes donde podremos degustar la gastronomía coreana, también dispone de puestos callejeros de comida (con una gran calidad y precios muy bajos, entre 80 cts y 3 euros) y asimismo, si todavía son de los que se llevan un souvenir o un regalo para un familiar, aquí encontrará de todo tipo, desde artesanales a cachivaches electrónicos.


Una gran inmensidad de puestos callejeros en dicha calle



Recuerdos de todo tipo en esta calle.




Buen lugar para comer en los numerosos restaurantes de cocina
coreana que hay en esta calle.



CALLE CHEONGGYECHEON

Si en las anteriores calles, tal vez se notaba un poco la procedencia del público, ésta unifica a todos y demuestra que Seúl se ha convertido un poco en el paradigma de la nueva arquitectura y basta con dar un paseo por esta vía para hacernos una idea de ello.

Pero lo que es realmente curioso de un tramo de esta calle es justo un río que atraviesa ambos carriles y que en poco tiempo, se ha convertido en un referente para los surcoreanos. La idea me pareció bastante interesante y tal vez se debería implementar en otros lugares donde pasa un río y lo hace de forma soterrada.

En dicha vía principal, hay muchas calles perpendiculares totalmente llena de restaurantes. Ya se sabe la tradición en este tipo de países donde lo más normal es comer fuera de casa.

Asimismo, durante nuestra estancia, en dicha calle, había un festival de folclore coreano muy interesante y con trajes pintorescos, como se puede ver en algunas fotos más abajo.

A medida que vamos avanzando en dicha calle, nos damos cuenta que los rascacielos empiezan a disminuir y aparecen pequeños edificios más bien enfocados a las ventas para el personal local. Me pareció muy interesante esa perfecta simbiosis entre lo nuevo y lo no tan nuevo.

Hermoso ese canal en medio de la calle.








Todas las calles perpendiculares estaban llenas
de restaurantes



Un festival muy interesante con el que coindimos





MERCADO KWANG JANG

La calle anterior es relativamente larga y no hace falta recorrerla hasta el final y un buen punto para acabar es  el Mercado Kwang Jang, sin duda uno de los mejores lugares para mezclarse con la población local y comer en el interior de un mercado tradicional asiático. En el caso de querer comer pescado, normalmente la mayoría de los puestos, los tenía en una pecera y se podía elegir el que se deseaba.

También dicho mercado es un buen lugar para realizar compras y tal vez, más barato que en la Calle Insadong, que se comentó anteriormente si bien, hay que reconocer que los precios en Seúl no son tan descabellados como en otros lugares en lo referente a mercadillos.

Fachada de dicho mercado

Todo fresco, desde luego.







FRONTERA ENTRE LAS DOS COREAS (PANMUNJOM)

Si se visita Corea del Sur (la del Norte ya es más difícil y siempre bajo la atenta mirada de policías), un lugar que no debe perderse es la frontera entre las dos Coreas, y concretamente Panmunjom, que divide dichos países justo en el paralelo 38.

Hacer uno esta visita por su cuenta, está totalmente prohibido y debe concertarlo a través de una agencia especializada en ello. Mi mujer y yo elegimos la empresa Tour DMZ y el precio de dicha excursión, según el cambio con el won, es sobre los 60 euros. Sobre si es caro o barato. Eso ya lo determina uno mismo, ya en función de sus preferencias pero creo que es un lugar que hay que visitar para conocer actualmente la realidad de la Corea dividida y que ojalá, se reunifique pronto.

Hay varias modalidades de excursión pero nosotros elegimos la básica de visitar Panmunjon y que consistía en la siguiente:

Presentación en el Hotel Lotte a las 7:00 de la mañana, uno de los principales de la ciudad y donde se encuentran las oficinas de dicha empresa. Ese día hay que llevar el pasaporte. Con respecto a la vestimenta para ese día, está totalmente prohibido llevar ropa de aspecto militar, pantalones con agujeros e incluso zapatos que no estén totalmente cubiertos. No valdrían por ejemplo, sandalias. En la web se indica todo lo referente a la ropa adecuada.

Tras acreditarnos, se sale de dicho hotel a las 7:30 y el recorrido hasta el primer checkpoint es de aproximadamente una hora. Durante el trayecto, se ve un río paralelo a la autopista donde al otro lado, está Corea del Norte. En todo el lado de la costa se ve una gran verja y garitas militares cada 100 mts aproximadamente.

A medida que nos acercábamos a la frontera, aumentaba la
presencia militar





Posteriormente, llegamos a un edificio (el Centro del Visitante)donde nos dan una pequeña charla sobre la Guerra de Corea. Las explicaciones son en inglés y japonés.




Tras terminar, cambiamos de autobús y nos dirigimos a los más interesante e histórico de la visita, los famosos barracones azules que están justo entre los dos países y que sirve de lugar de reunión entre los dignatarios de ambas naciones.


La visita en dicho lugar solamente dura dos minutos (es el tiempo pactado) y se puede acceder perfectamente a la zona del barracón que tiene Corea del Norte y por tanto, se puede decir que estuvimos físicamente en dicho país.

Los famosos barracones, 

Dicho soldado surcoreano, se encuentra justo
en la frontera. Media mesa de Corea del Sur
y la otra media, de Corea del Norte

Ese bordillo, indica la frontera entre las dos Coreas.

Tras estar allí, nos dirigimos a unas pequeñas escalinatas situadas enfrente de los barracones y desde allí podíamos divisar también el edificio de control de la zona norcoreana. Sacar fotos en esta zona está permitido totalmente (como se puede ver en las que saqué abajo).


El edificio gris que se ve al fondo, ya pertenece a Corea del Norte

Aquí otra foto del bordillo que separa ambos países

Soldado de Corea del Norte en dicho país

Posteriormente, y ya en el autobús, nos dirigimos a lo que se llama el Puente de no retorno y que sirve de punto de intercambio de espías u otras personas entre ambos países. Se llama así porque una vez que se coge ese puente, no se vuelve. También vimos un lugar donde un trágico suceso, donde murieron varios cascos azules por parte de tropas norcoreanas al intentar cortar un árbol que dificultaba la visión. Ver vídeo histórico

Monolito en recuerdo por las víctimas del suceso del árbol

El Puente de No Retorno


Ya finalmente (dentro de la llamada Zona Desmilitarizada) nos dirigimos al lugar donde se nos dio la charla y accedimos a una tienda para comprar recuerdos. Cuanto menos es un poco llamativo que quizá la frontera más militarizada del mundo, se haya generado un marketing con respecto a ella y se organicen visitas o incluso comprar un recuerdo.

Tienda de souvenirs



Al finalizar, nos dirigimos a la localidad de Imjingak, un lugar bastante emotivo. Esta población tiene una estación de trenes enfocada a una posible reunificación de dichos países. Ahora no está en uso y se tiene pensado inaugurarla cuando ocurra dicho evento. Asimismo, tiene un puente totalmente vallado unos metros antes de la frontera con Corea del Norte  con una gran cantidad de mensajes y deseos de reconciliación.


Para los coreanos debe ser muy dura toda esa separación que llevan más de 60 años, donde se separaron totalmente familias y cuyos reencuentros, han sido muy contados y con un limitado espacio de tiempo. Esperemos que al régimen asesino de Kim Jon-un termine pronto. Del Muro de Berlín, se dijo que duraría 1.000 años y ya ven lo pronto que cayó.

Imjingak, el pueblo más cercano a la frontera

Justo al otro lado de dicho puente, ya es Corea del Norte

En dicho puente, la población pone deseos que se cumplan

Último tren que realizó el viaje entre las dos Coreas


Puente ferroviario sin uso que une ambas Coreas

Ya una vez que visitamos este lugar y aproximadamente, sobre la una de la tarde, nos dirigimos a un restaurante a comer. En principio nos llamó la atención porque si ya habíamos visto todo, hubiera sido mejor opción ir ya directamente a Seúl pero después de comer, nos dijeron que había un grupo que había contratado una excursión de todo el día y por eso, teníamos que reunirnos antes para una coordinación de autobuses. La comida estuvo bien, lógicamente de estilo coreano y aunque básicamente era un único plato, al servirse en grandes cacerolas por cada cuatro personas, se podía quedar uno saciado.




Y así termina nuestra crónica sobre Seúl, una ciudad que junto con el país (Corea del Sur), fue una grata sorpresa y que si alguien piensa ir a Japón o China, tenga en cuenta una escala en pequeño pero gran país.

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