miércoles, 25 de abril de 2018

Viaje a Camboya (IX). Qué ver en Kampot.

La ciudad de Kampot es, en muchas rutas por Camboya, un punto estratégico de comunicaciones terrestres y por tanto, un lugar que sería recomendable visitar y que fácilmente, se puede ver lo principal en unas pocas horas.

Así, por ejemplo, si se va desde la zona sur de Vietnam o la isla de Phu Quoc para ir la principal zona costera de Camboya, los autobuses hacen una parada por Kampot. De hecho, eso es lo que hicimos mi mujer y yo, que en principio no tuvimos en cuenta esa ciudad por nuestro viaje el pasado mes de enero pero tras coger el autobús entre la isla anteriormente comentada y Sihanoukville, cuando se adentró en Kampot para ir a la estación, vimos que era una ciudad que merecía la pena verla y al día siguiente, volvimos.


Kampot es una apacible ciudad  atravesada por el Río Preaek Tuk Chhu y destaca por su arquitectura colonial francesa y tranquilidad. Se encuentra de Sihanoukville a unas dos horas en autobús, y a unas tres horas de la capital camboyana, Phnom Penh.

La ruta sugerida (a pie) a seguir es la siguiente:




COMO LLEGAR

La gran mayoría de los países del sudeste asiático, especialmente Camboya, Vietnam y Tailandia, disponen de una amplia red de autobuses que conectan los principales puntos turísticos o grandes ciudades entre sí, incluso de forma transfronteriza.

Además, normalmente, no hay que dirigirse directamente a la estación de autobuses sino la gran mayoría de los hoteles, proveen dichos servicios o las ciudades, tienen una gran cantidad de pequeñas agencias de viajes donde comprar el billete.

Partiendo desde Sihanouknoville, que es donde estábamos alojados, el trayecto en bus era de unas dos horas de recorrido, y nos costó unos 5 euros por trayecto. El autobús, nos recogió a las 8:00 de la mañana y llegamos a Kampot sobre las 10:00. Nuestra vuelta, fue en el autobús de las 15:30 aunque también había algunos sobre las 13:00 y 14:00. 

Para este tipo de excursiones, no recomiendo comprar el billete de vuelta a una determinada hora ya que nunca sabremos las sorpresas que nos pueda deparar una ciudad y por tanto, si cogemos una hora temprana para volver, pues dejaríamos lugares en el tintero. Tampoco hacer caso a los chóferes o los encargados de los buses, que nos recomendarán comprar el billete de vuelta por que es probable que todas las plazas se vendan y nos quedemos colgados en la ciudad. Normalmente, y salvo fiestas o eventos puntuales, suele haber un exceso de oferta y no debemos temer nada.

El pequeño autobús en el que nos trasladamos

Gasolinera típica de Camboya

Algunos precios en autobús de dicha compañía.

Durante el recorrido del autobús, pudimos ver la belleza de los campos de Camboya, un país que aún preserva la belleza tanto de sus paisajes como de su gente. Esperemos que el turismo que llegue a dicho país, en el fondo necesario debido a las limitadas riquezas de esta nación en lo industrial y agrícola, se haga de forma sostenible y respetando la naturaleza.









También, nos sorprenderemos mucho en estos países, el gran uso que se la da a la moto, donde ya no se limita a un casi un uso individual como sería en España, sino que aquí está considerado como un transporte de carga, y la carga puede ser de lo más variopinta y muchas veces, surrealista para lo que estamos acostumbrados.




QUE VER EN KAMPOT

El Barrio Francés (French Quarter)

Sin duda, de los más hermoso de Kampot y es por lo que la hace famosa. Pasear por sus calles, nos hace viajar por el tiempo a épocas de la dominación francesa. Esta ciudad, está normalmente fuera de los destinos a visitar en Camboya y, en parte, eso ha ayudado a no caer en la tentación de nuevas construcciones y se ha preservado la gran mayoría de los edificios de la época. Si además, le añadimos ese toque decadente, aún le da más encanto.








Esta parte de la ciudad, nos recordó mucho a Battambang que, quizá, este mejor conservada dicha arquitectura y que esta ciudad, si que es un destino que recomiendo mucho ya que además, en carretera, está a medio camino entre los famosos templos de Angkor Wat y la capital Phnom Penh, a tres horas de ambas.







Muy cerca de dicha zona, se encuentra la Rotonda del Durián, que es una fruta muy característico del sureste asiático y tiene como particularidad que es la fruta más apestosa del mundo. De hecho, es muy frecuente ver en los hoteles carteles indicando su prohibición de comerla tanto en el hall como en las habitaciones. Mi mujer y yo no la hemos probado pero pese a su mal olor, hemos oído que tiene un sabor dulce y hay una gran variedad de productos realizados con dicha fruta, tales como pasteles, helados, etc.

La Rotonda del Durián


El Río Preaek Tuuk Chhu

Este río separa la ciudad en dos y es muy agradable de ver. Destaca también su viejo puente, con más de 100 años y que tuvo que ser un acontecimiento importante en la época.



 Por las tardes, suelen haber cruceros que lo transitan para ver el atardecer. Vimos que el precio era de cinco dólares (el dólar es muy usado en Camboya y de hecho, se puede pagar con el perfectamente en la gran mayoría de los lugares). Nosotros, al partir de esta ciudad a las 15:30, no pudimos realizarlo pero si están ahí para pernoctar, tal vez sea una buena opción.





El Mercado Municipal

Y si hay algo que siempre se debe visitar en una ciudad o pueblo del sureste asiático, eso es sin duda, sus mercados municipales y Kampot no iba a ser menor. Los mercados aquí no tienen como misión únicamente el abastecerse de provisiones sino que también es un punto de encuentro entre los lugareños.





Hay que tener en cuenta que en estas latitudes de Asia, se alcanzan temperaturas que la gran mayoría del día están por encima de 30 grados y con un humedad rozando el 100%. Los mercados, a las horas más “asesinas” del día, de 13:00 a 15:00, sirven de refugio y también incluso para comer.





Además, teniendo en cuenta que Kampot no es una ciudad en Camboya que esté tan explotada en el turismo como podría ser Sihanoukville o Siem Reap, si quiere llevarse algún recuerdo de este hermoso país, tal vez aquí lo podrá encontrar y un precio muy inferior. Así, también fomenta la economía local.

Consejos para visitar la ciudad

Si se va a visitar esta ciudad, conviene ir provisto de un calzado cómodo y sobretodo, de un sombrero o gorro. Las bajas alturas de los edificios, hacen que el sol prácticamente siempre nos dé siempre en la cabeza y aquí, da bastante fuerte. También, y según la época del año en el que estemos, un paragua para la lluvia, tendría que ser tenido en cuenta. En Camboya, los monzones son entre mayo y septiembre, normalmente.

Tal vez una buena recomendación es al llegar a la estación de buses de Kampot (o donde la compañía de transporte tenga su “cuartel general” que a veces es un simple garaje), es cogerse un tuk-tuk y que nos dé una pequeña vuelta por la ciudad. Es lo que hicimos mi mujer y yo.

Tuk-Tuk típico de Camboya



Así nos hacemos una idea para posteriormente ya caminar por zonas donde nos guste. No conviene coger el tuk-tuk justamente en la propia terminal ya que suelen inflar los precios para los turistas. Basta con alejarse un poco (una calle o dos quizá) y ya los precios bajan. Hay que recordar que en estos lares, los taxímetros no existen y todo se negocia. Un conductor se nos acercó y nos ofreció un trayecto de media hora por la ciudad por 2 euros, duración más que suficiente para Kampot. Nos pareció un buen y precio y eso hicimos. Así nos hicimos una buena idea de la ciudad, que tal vez, caminando y con casi 35 grados de calor, hubiera sido casi misión imposible. Posteriormente, le dijimos que nos dejara como destino final el mercado.

La oferta gastronómica en Kampot es limitada pero buena, con un cierto toque de herencia francesa en algunos restaurantes. Las zonas para comer podría ser el mercado municipal, el barrio francés o incluso en el paseo del río, hay algunos restaurantes. Hay precios para todos los bolsillos. Eso es lo bueno que tiene el sureste asiático, que uno nunca se podrá quejar y todo dependerá de lo que quiera gastar y de si quiere mesa y mantel impoluto o comer en un mercado con los lugareños.

Restaurante en el barrio francés

Carta de dicho restaurantes con los precios en dolares

Puesto de comida en el mercado municipal

En lo referente a alojamientos, no existen tantos como en otros puntos de Kampot pero algunos de ellos, preservan la arquitectura y estilo colonial francés aunque piense que tras un día de mucho calor, tal vez lo que apetezca sea relajarse y refrescarse en una piscina. En este link, puede encontrar una lista.

Y aquí termina nuestra crónica sobre esta visita relámpago que hicimos en Kampot, de unas cinco horas y suficiente. Cerca de esta ciudad, se encuentra el Parque Nacional de Preah Monivong Bohor. Tal vez, para visitar este parque, ya habría que hacer noche en Kampot pero si no, como indiqué, con unas horas es más que suficiente.

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