martes, 11 de septiembre de 2012

Viaje a la India (II). Qué ver en Nueva Delhi.

Nuestra entrada a la India, se produjo a través del nuevo Aeropuerto Internacional de Nueva Delhi, construido para la celebración de los Juegos de la Commonwealth en 2010.

Ya desde la ventanilla del avión pudimos divisar como una especie de polvo en suspensión y que nos acompañaría durante todo nuestro viaje, incluido el Nepal y que por desgracia, nos eclipsó la visión del Everest.

Al desembarcar en la terminal, pasamos los pertinentes controles de aduanas, sin ningún problema y recogemos las maletas. Vemos el gran lujo que existe en dicho aeropuerto y nos sorprende gratamente. Empezaba nuestra singladura de dos semanas por el norte de la India.

Lo que tiene de curioso los aeropuertos indios es que en ellos solo uno puede entrar si tiene una tarjeta de embarque. Es decir, eso de acompañar a un familiar que va a volar al aeropuerto y para hacer tiempo, tomarse un café o una cerveza dentro de la terminal, aquí, en la India no se puede hacer. También, nos ocurrió en el Aeropuerto  Sabiha Gökcen de Estambul.


Ya desde el aeropuerto de Nueva Delhi, vimos el polvo en suspensión que
nos acompañaría durante todo el  viaje

Aeropuerto de Nueva Delhi, de reciente construcción.





Nueva Delhi es una gran ciudad de dieciseis millones de habitantes y que se divide en su parte vieja, llamada Delhi, y en la nueva, Nueva Delhi.

Cuando hicimos la reserva del hotel en Nueva Delhi, sin duda, el que elegimos, fue una de las mejores elecciones que hicimos. El hotel se llama Hotel Godwin Deluxe (ver su página en booking) Dentro de los servicios, y por un módico precio para nosotros (400 rupias, o 6 euros al cambio), nos ofrecía la posibilidad de transfer entre el aeropuerto y el hotel. Pues al salir de la terminal, vimos un cartel con mis apellidos y allí se encontraba el chofer que nos llevaría hasta el hotel.

Al salir de la terminal para encaminarnos a los aparcamientos, allí ya nos dimos cuenta un poco que ese lujo que habíamos visto dentro del aeropuerto, era relativo. Nos encontrábamos ya con una parte de la India en si. Personas que nos miraban constantemente y ofreciéndonos sus servicios para comprar en un lado, tours a ciertos monumentos, etc. Nuestro chofer nos dijo que siguiéramos adelante, ni inmutarnos.

Nuestra primera impresión de la India, al salir de dicho parking, y mientras nos dirigíamos al hotel, es que es un país impactante al principio. Los cánones de orden que tenemos en Occidente, allí desaparecen y el conducir, se convierte en una lucha en la que impera el más fuerte, es decir, buses y camiones. Las señalizaciones de tráfico y los colores de los semáforos se convierten en algo simbólico.




Además, vimos la excesiva pobreza que había en dicho país. Nueva Delhi ha sido un ejemplo de ciudad, con más de 16 millones de habitantes, donde ha habido una gran inmigración desde los campos, y eso, se nota mucho al ver mucha gente que deambula por las calles sin rumbo, intentando buscarse la vida como buenamente puedan, etc. Un país, con mil doscientos millones de personas y prácticamente sin destacar en obtención de recursos, hace mella en la población y en la actividad económica. Uno puede pensar a veces que si así era la capital, como serían los otros lugares pero en nuestro caso vimos, que en las otras ciudades donde fuimos, aunque estuviera la misma idiosincrasia, se notaba algo más la relajación. Algunas imágenes del día a día en Nueva Delhi:

El día a día en Nueva Delhi







El hotel, donde nos alojamos en Nueva Delhi, como comenté, nos pareció muy bueno, y un pequeño paraíso en medio de tanta “jungla”. Recomiendo bastante su restaurante, que está situada en la última planta. Como la noche anterior, estuvimos volando y llegamos al hotel, sobre las once de la mañana, lo mejor era echarse un poco para estar lúcido durante la tarde y empezar a conocer este fascinante y misterioso país.

Nuestra primera experiencia india, fue coger un rickshaw desde el hotel hasta el famoso Fuerte Rojo, una de las principales atracciones de Nueva Delhi.

En muchos lugares turísticos de la India, lo primero que nos puede llamar la atención es que las colas para entrar se separan por sexo y en la gran mayoría de la veces, la cola de hombres es muchísimo mayor que la de mujeres. Lógicamente, la primera deducción a la que se llega, es que por desgracia, la función de la mujer en la India se limita al hogar y al cuidado de los hijos y posteriormente, vimos, muy pocas mujeres trabajando. Hay que mejorar mucho en ese sentido. También, llama la atención la gran cantidad de seguridad que vemos en dichos monumentos. Esta seguridad no se limita a tener un simple segurita en la puerta, sino a varios policías o militares con fusiles y protegidos por sacos de arena; también, de vez en cuando, por alguna tanqueta.

Bueno, con respecto al Fuerte Rojo, es una construcción para reflejar la dinastía del poder mogol y que curiosamente, solo tuvo un emperador, Aurangzeb (Más información sobre el Fuerte Rojo). Nos gustó bastante Las edificaciones mogoles se caracterizan por su grandes jardines, sin mucha plantación. Pasear por sus jardines, era bastante relajante. Su horario es de 9:00 a 17:00, cierra los lunes y el precio para los extranjeros es de 150 rupias (poco más de 2 euros). Algunas fotos del Fuerte Rojo y de los jardines que lo rodean:











Ya una vez que salimos del Fuerte Rojo, estaba atardeciendo. Decidimos adentrarnos por sus calles. Una de las principales de Nueva Delhi es Chandni Chowk y allí se ve un poco como es la vida de la ciudad en si. Destaca su bullicio, sus transportes constantemente tocando el claxon, y por desgracia, mucho mendigo, lo que en la India, se llaman los intocables.




Nuestra primera experiencia culinaria en la India, fue en dicha calle. Una especie de restaurante de comida rápida hindú compuesta de arroz y carne de cordero. Todo ello, no nos costó más de 3 euros al cambio.

Ya después de comer, cogimos un ciclorickshaw hasta el hotel, que al contrario de cómo nos movíamos anteriormente, en esta vez se cambia el motor por el pedaleo manual.

Así, terminaba nuestro primer día en la India. Como digo, los primeros momentos, tal vez nos descoloquen un poco y veamos cosas que nos choquen pero estamos en otra cultura, que tal vez sea única.

Al día siguiente, tras un suculento desayuno en el hotel (incluido en el precio como en la gran mayoría de los hoteles en la India), nos dirigimos a la mayor mezquita de Nueva Delhi, Jama Masjid (más información histórica) En este país, en algunas localidades especialmente, el Islam, tiene mucha influencia y esta ciudad, es una de ellas. La mezquita que nos encontramos tiene una capacidad para 25.000 personas y es una de las principales del país. También, desde lo alto, pudimos ver un mercado típico indio. El horario es desde el amanecer hasta el atardecer, excepto para las mujeres, que es hasta las 18:00 hrs. Al tratarse de una mezquita, es recomendable que las mujeres lleven un pañuelo propio si no quieren que allá les presten uno usado de cientos de cabezas. También es recomendable llevar calcetines, ya que para entrar, hay que quitarse los zapatos. Por supuesto que a la entrada de dicha mezquita, habrán "vigilantes" de los zapatos, esperando unas monedas al final de la visita. La entrada es gratuita excepto si se desea entrar con una cámara (100 rupias, 1.5 euros). Algunas fotos de la mezquita:













Al finalizar la visita a un lugar, nos tenemos que acostumbrar a que vengan conductores de rickshaws a ofrecernos a llevarnos a algún lado. Nueva Delhi es una ciudad muy grande y el uso de estos transportes, se hace necesario. Para cualquier carrera, quizá con 100 rupias (1,5 euros) sea más que suficiente.

Desde la mezquita, nos dirigimos a otro lugar recomendable, la Tumba de Humayun (más información histórica) Fue otro lugar de paz y de poca masificación y que a lo largo de nuestro viaje a la India, nos lo demandábamos constantemente. Su precio para extranjeros es de 250 rupias (4 euros) y su horario, desde el amanecer hasta el atardecer. Algunas fotos de este hermoso lugar:

Hermosos jardines y remanso de paz.













Si se desea visitar un templo de arquitectura eminentememente híndú, una referencia podría ser el Templo Laxmi Narayan, más conocido como Birla Mandir (más información histórica). Allí, a diferencia de santos como ocurríría en iglesias católicas, las estatuas hacen mención a monos y elefantes. Su horario es de 6:00 a 22:00 y es gratis debido a que fue reinaugurado por el padre de la nación india, Mahatma Ghandi, que quería un templo en el que todas las castas pudieran entrar. Algunas fotos de dicho templo:









Y si se desea un paseo nocturno y ver uno de los edificios más simbólicos de la India moderna, debemos irnos a ver "La Puerta de la India", un monumento dedicado a los militares hindúes fallecidos en las guerras afganas (1919) y la Segunda Guerra Mundial (ver más información histórica). Por supuesto, no faltarán vendedores de todo tipo o niñas que desean pintar la mano a los extranjeros. Algunas fotos:








La siguiente parada era Jaipur, mucho más relajada y tranquila.

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