Tras estar el día anterior, visitando los hermosos
alrededores de Leh, al día siguiente (y último del fin de semana ya que el
avión partía al día siguiente a las 10:00 de la mañana), nos tocaba visitar ya
la ciudad de Leh en si.
Hay que tener en cuenta que la principal actividad económica
y turística de esta región de la India, se enfoca más bien a la época estival y
cuando fuimos mi mujer ella, era el puente por el Día de la República en India
(el 26 de enero). Por tanto, íbamos en pleno invierno. Pero como había
comentado, me interesaba ver más por estas latitudes los hermosos paisajes de
nieve que el estar varios días en dicha localidad.
Así pues, pese al frío que pasamos (normalmente estábamos a
temperaturas bajo cero), pudimos disfrutar de una tranquilidad y de una
ausencia casi total de turistas que muy difícilmente se pueda dar en verano.
Como hándicap, tuvimos, aparte del intenso frío, una limitada capacidad de decidir
el alojamiento y quizá lo peor, que algunas de los monumentos a ver, se
encontraban cerrados. Algo, que nos llamó la atención en la India, un lugar que
normalmente cualquier lugar importante a visitar se encuentra abierto a lo
largo del año y con horarios que van del amanecer al atardecer.