El pasado 24 de marzo, las autoridades chinas abrieron un tramo de la Gran Muralla China, concretamente el de Badaling. Es el tramo más cercano y el más turístico de este prodigio de la arquitectura, con unos 7.000 kilómetros de longitud.
Aparte de la noticia en sí que representa,
también tiene un mensaje de una relativa vuelta a la normalidad y que poco a
poco, las principales atracciones chinas se van abriendo al público.
Mi mujer y yo visitamos dicho lugar el sábado
04 de abril, que coincidía además, como el día elegido por el gobierno chino
como de homenaje nacional a las víctimas del coronavirus en este país y todas
las banderas de la nación ondeaban a media asta, incluida la que hay a la
entrada de este recinto.