Ya una vez que se
visita Rusia, otra de las ciudades que no puede faltar es San Petersburgo.
Sinceramente, a mi me pareció mucha más bonita que Moscú, con más juego y más
diversidad. Además, esta ciudad, se enfocaba un poco más al turismo al haber
más carteles en inglés o al visitar una atracción, también aparecía la
explicación en varios idiomas.
Mientras que en
Moscú tal vez con un día y medio o dos tendríamos suficiente, la visita a San
Petersburgo, requerirá más días y también hay que enfocarla a ir a lugares que
se encuentran fuera de la ciudad, como el famoso Palacio de Peterhoff o el de
Catalina la Grande. Y
lógicamente, no puede faltar una visita a uno de los mayores y mejores museos
del mundo, el Hermitage. Si a ello, le añadimos el aliciente de tener un gran
legado arquitectónico y por tanto, el pasear es una delicia, pues al final,
hace una conjunción de factores positivos muy interesantes.